Ser una maid es un trabajo difícil, no todas están calificadas para el puesto. Como esta chica, a la que no lográbamos hacerle entender que la comida (y no ella) va sobre la mesa. Pero con esos ojos, ninguno se atrevió a corregirla. Después de todo, ella no tiene la culpa de nuestro mal japonés.
Creo que estarán de acuerdo en disculparla.