Quiero contarles una experiencia que tuve ayer, ya ustedes opinarán lo que quieran de ello.
Por motivos personales estuve el martes en
San José, y para terminar de hacer los trámites que necesitaba acabar, me quedé a dormir allí para continuar el miércoles y no hacer doble viaje desde
Turrialba. Pues bien, perfecto, la mañana del miércoles me alisto y mientras desayunaba me comienza a arder el ojo izquierdo.
No le doy mucha pelota al asunto, hasta que me señalan lo mal que luce. Al examinarlo en el espejo, noto que hay indicios de inflamación, y el globo ocular tiene un tono amarillento con las venas resaltadas (podrán imaginar lo desagradable que lucía). Conseguí unos lentes oscuros y salí a la calle a terminar lo que tenía que hacer.
Un par de horas después, descubro con desagradable sorpresa, que me he quedado sin dinero. Al andar de un lado a otro, gasté más dinero del que debía, entre tanto trámite, timbre y fotocopia. Solo me quedaban unas cuantas monedas en el bolsillo, y no me alcanzaba ni para el pasaje de vuelta.
Afortunadamente como soy dibujante, siempre cargo conmigo material de trabajo (hojas, pluma, etc) y rápidamente me dirigí a la
Plaza de la Cultura para ganarme algún dinero, realizando retratos de la gente que descansaba ahí. Este es un ejemplo de lo que hago.