Hoy (mas bien, hace 45 minutos más o menos) mientras salía de una tienda al costado oeste del Banco Crédito Agrícola (en el Parque Central de San José) escucho un tumulto adelante mío. Al levantar la vista, observo como un individuo corre velozmente, mientras es perseguido por dos oficiales de la ley. El hombre es alto, fornido y muy rápido. Poco a poco le va ganando terreno a los oficiales, quienes por supuesto, no pueden disparar sin poner en peligro a los transeúntes.
La muchedumbre le abre paso, atemorizada, pero igualmente estorba. El hombre me ve por un instante nada más, solo otro sujeto delgado con corbata y saco (pues camino al trabajo). Ahi el fugitivo comete un error: cambia de dirección y corre hacia donde me encuentro. Hago amague de darle campo para pasar, pero solo es una finta para acomodar mejor mi cuerpo. Lo mido al aproximarse... y en el momento justo, le conecto una patada certera justo sobre la rodilla.
(Mi sensei de Jujitsu estaría orgulloso, a pesar de llevar años sin entrenar, mi cuerpo todavía recuerda los movimientos exactos).
El individuo trastabilla unos metros antes de caer al suelo. Casi de inmediato, unos vendedores ambulantes saltan sobre él y lo inmovilizan el tiempo justo para que los oficiales del O.I.J. (noto que son de ese cuerpo al tenerlos cerca) lo sometan y lo arresten. En cuestión de segundos, el lugar está rodeado de policías municipales y patrullas.
Miro un momento a los ojos al detenido. Son grises, de una tonalidad llamativa. Observándolo mejor, el hombre es alto y fuerte, apuesto a que no le costará ligar a una mujer. Las razones de por qué se dedica a la delincuencia solo él las sabrá.
Comienzo a alejarme mientras las cámaras de Extra Canal 42 que casualmente estaban haciendo entrevistas en el Bulevar Unión Europea se aproximen. Tal vez vean la noticia en un par de horas, quién sabe.
Por mi parte, me alejé con la satisfacción de aportar otro granito de arena a la lucha contra la
delincuencia.
Fotos no, gracias. :)