En cierta ocasión, cuando preguntaron al gran historietista español Carlos Giménez qué opinaba sobre el arte de su colega y compatriota Víctor de la Fuente, respondió sin mayores dilaciones:
“Yo he visto cómo dibuja Víctor de la Fuente y puedo asegurar que dibuja con mucha más facilidad que la que tememos usted y yo cuando escribimos. Víctor puede dibujar, con pasmosa facilidad, cualquier cosa, cualquier paisaje, real o fantástico, cualquier animal conocido o fantástico, cualquier figura humana o no humana, existente o fabulosamente irreal. Puede comenzar el dibujo por cualquier parte: por el pie de un enano, por la oreja de un elefante, por el final de la túnica de un hechicero, por los colmillos de un oso... Decir que Víctor de la Fuente es un dibujante genial no es nada nuevo”.
Esa es una impresionante descripción de uno de los mayores realizadores del comic mundial hecha por otro virtuoso de este complejo arte gráfico; pero quizá no logre resumir la dimensión de un genio que marcó nuevos rumbos al arte de la historieta en todo el mundo.
El nivel de perfección al que Víctor de la Fuente llevó el arte de la narrativa de la imagen llegó al grado de poder transmitir, con la sola ilustración y sin el uso de onomatopeyas ni signos cinéticos, el sonido de los cascos de un caballo al galopar, el bullicio de un grupo de jinetes al ataque y el avanzar desbocado de una locomotora. Incluso hizo que el lector sintiese el clima de un bosque o de un desierto, o la agreste sensación de un terreno árido y rocoso bajo los pies.
La peculiaridad de su arte se caracteriza por la descripción de los ambientes mediante una exquisita profusión de detalles y la planificación inteligente de cada escena; y ni qué decir de su absoluto dominio de la figura humana en todas sus poses y expresiones.
TROTAMUNDOS. Víctor de la Fuente nace en 1927 en el municipio asturiano de Ardisana de Llanes. Sus primeras incursiones en el mundo de la historieta datan del año 1944, cuando comienza a laborar en el estudio del artista Adolfo López Rubio. Poco después comienza a publicar en las revistas Flechas y Pelayos, Chicos y Maravillas.
El espíritu inquieto y andariego que lo caracterizaría a lo largo de su vida lo obliga a marcharse a Cuba, para luego viajar a la Argentina y finalmente tirar el ancla en Chile, donde la Editorial Zig-Zag lo contrata.
En 1957 crea su propia agencia de publicidad. Ese mismo año dirige la revista infantil El Peneca.
Su soberbio estilo le abre las puertas del mercado norteamericano: lo contratan para ejecutar la serie Tarzan Adventures, anteriormente realizada por Harold Foster, uno de los maestros del comic que más influyó en De la Fuente en sus primeros años.
En 1960, la agencia española Selecciones Ilustradas se interesa en la historieta del oeste norteamericano titulada Poney Durango, que Víctor había enviado a sus hermanos residentes en España, Chiqui y Ramón, con el fin de sondear el mercado en su país natal.
De esa forma, en 1961, el artista regresa a España, donde trabaja para importantes editoriales británicas. En 1968, en la revista El Cuco, lanza la serie La pequeña guerra de Hans. En 1968 incursiona en la prestigiosa revista francesa Pilote con la serie Les diamantssanglants, y al año siguiente inicia, en Selecciones Ilustradas, su primera serie propia: Sunday, enmarcada en el oeste norteamericano y con guiones de Víctor Mora.
La obra cumbre. Entre los años 1969 y 1971, la revista Trinca (una de las más importantes publicaciones de la historieta española) difunde, en 14 entregas, la serie Haxtur, con guiones y dibujos de Víctor de la Fuente.
Haxtur llega a marcar todo un hito en la historia de la historieta española, tanto por la originalidad de sus argumentos como por la magistral realización de sus viñetas.
Con temas aparentemente enmarcados en la fantaciencia, Haxtur narra la historia de un héroe de corte casi trágico,shakespeariano, que incluye elementos del Che Guevara y de Don Quijote.
Héroe anónimo que vaga solitario en medio de un universo surrealista, fuera del tiempo y el espacio conocidos, Haxtur se enfrenta a enemigos de todo tipo en épocas diferentes: monstruos fantásticos, caballeros medievales, guerreros de la mitología nórdica, brujos, hechiceras, reptiles antropomórficos y despiadados robots.
En Haxtur, estudiosos del comic han visto una alusión de espíritu contestatario que objetó subliminalmente la situación política de su país bajo el régimen de Francisco Franco (1939-1975).
En la edición de Haxtur que ha hecho la editorial francesa Glénat, el experto en historietas Manuel Barrero ha expresado: “Haxtur supuso un discurso ideológico, un puente metafórico entre el relato bíblico y la denuncia soterrada de la dictadura franquista”.
EXILIO Y APOTEOSIS. Pese a que el trasfondo de Haxtur pasa inadvertido a la censura, ciertas declaraciones que Víctor de la Fuente brinda a la revista Triunfo contra el largo gobierno de Franco, provocan una encarnizada persecución contra el artista.
Al fin, Víctor se siente obligado a exiliarse en Francia luego de una fugaz estadía en Italia.
Sus primeros años en París marcan, para el artista asturiano, una nueva etapa de gran creatividad. Allí termina la serie fantástica Mathai-Dor, que había dejado inconclusa tras abandonar España.
Luego, De la Fuente se dedica a Haggarth y regresa al western con sus obras Amargo y Los gringos. Esta última expone las luchas de Pancho Villa, en México, con guiones de J. M. Charrier, creador del exitoso Teniente Blueberry.
La gran actividad de De la Fuente desemboca en el comic histórico y religioso cuando ejecuta La historia de Francia en comic y Descubrir la Biblia.
Su prolífica y excelente labor es reconocida con importantes galardones, como el del Festival Anguleme “al mejor dibujante extranjero” y el Yellow Kid, del Festival de Lucca, Italia, en 1980. En el año 2006 recibe el Gran premio del Salón del Comic de Barcelona.
Luego de una larga enfermedad, el 2 de julio del 2010 deja de latir, en la localidad francesa de Le Mesnil-Saint, el corazón de quien fue uno de los más grandes realizadores de la historieta española y mundial.
Sus errabundos personajes aún viajan en la memoria de millones de admiradores.
VÍA: LA NACION POR OSCAR SIERRA EL AUTOR ES DIRECTOR DE LOS MOVIMIENTOS ARTÍSTICOS LA PLUMA SONRIENTE Y LA PLUMA COMIC.